Dos gatos viven con nosotros: Xerric y Sushi. Son dos gatos de montaña, que no viven en la ciudad, y su comportamiento es bastante salvaje, quizás mejor decir libre. Se pasan la vida a caballo entre el bosque y nuestra pequeña casa; a menudo se quedan solos unos cuantos días. Observándolos hemos aprendido bastante de la vida. Si tienen animales de compañía, fíjense en ellos.
Son muchas las cosas que hacen: marcan el territorio y sus posesiones, entre ella nosotros, marcando su olor a base de apretar sus patas una y otra vez contra el objeto o persona; también demuestran que nos quieren entrando en nuestra casa pájaros, ratones o pequeños topos que han cazado en el bosque.
Sin embargo, lo que más nos ha llamado la atención es como se pelean , cosa que hacen bastante a menudo. Al principio nos preocupamos, pero luego nos dimos cuenta de que no se hacen daño y que tan solo es un juego, una rutina. Hemos encontrado un paralelismo entre este comportamiento y el de algunos (no todos) políticos profesionales.
No somos tan diferentes de los animales.
Enric Aulí M.
1 comentario
Molt bo el paralel·lisme!
Els gats en saben molt de diplomàcia, quan els convé. De vegades t’obvien i això em fa sentir malament.
Salut!!!