Estamos a principios de un invierno, un invierno muy frío pero muy, muy especial. El mundo entero asolado por una pandemia de coronavirus, por el asalto al Capitolio de Washington y por otra pandemia de agresividad y desesperanza.
Estoy sentado delante de mi masía en el Ripollés, contemplando la puesta de sol. El sol ya ha pasado por encima de la montaña de Coma Armada y se oculta detrás de la que queda a mi oeste.
Esta puesta de sol me ha hecho pensar en que es el reflejo del final de una Era, la que nació después de la Segunda Guerra Mundial y se reforzó con la caída del comunismo y el desmadre del capitalismo. Un capitalismo que asociado a la democracia debía dominar el mundo entero (según Fukuyama) pero que ha demostrado que se ha vuelto demasiado salvaje y que la teórica democracia asociada a él no deja de ser un Fake.
A partir de ahora el sol comenzará el camino de vuelta hata llegar a un nuevo 21 de junio. Espero que esto sea el inicio de una nueva Era para la Humanidad, una Era que no sé cómo será. o cómo la dejarán ser.
Me siento como Chateabriand en el siglo XIX, sentado al fin de su vida, en su casa de París contemplando la puesta del sol detrás de las Tullerías y dándose cuenta de que la era de la aristocracia se había acabado y comenzaba una nueva era, la que creo que acaba ahora.
Enric Aulí M.